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Ya sé lo que estás pensando, que con esa frase me refiero al tamaño de la ración que comemos cuando estamos a dieta, lo que ponemos en el plato (¿no estabas pensando en eso?) pero en realidad no se trata de eso, aunque también es importante. Lo que quiero señalar en este post es la relevancia del tamaño de la ración que utilizan las compañías a la hora de indicar la información nutricional, y como debemos tenerlo en cuenta a la hora de comparar productos (seguro que eso no te lo esperabas). El otro día hablábamos de la importancia de mirar los valores nutricionales de los productos que comprábamos, especialmente cuando se trata de aquellos considerados dietéticos, en cuya publicidad se da a entender que tienen determinadas propiedades alimenticias o nutricionales que en realidad no tienen. Pero no basta con darle la vuelta al envase para comprobar si tiene hidratos o grasas, hay que prestar mucha atención a la forma en que se plantea la información, porque una de las maneras que usan muchas compañías es el valor por ración y aquí hay mucho espacio para la valoración subjetiva y, para que negarlo, también para la trampa. Porque de nada sirve que te fijes en si un determinado producto tiene hidratos, por ejemplo, si la información nutricional hace referencia a una ración absurdamente pequeña, es decir asumir que podemos comer ese chocolate porque según el envase es light y pone que sólo tiene 3,0 gramos de hidratos, si la ración utilizada para el cálculo es una sola onza, el cálculo es correcto, la información es correcta, pero no vale para nada, porque cuando piensas en una ración de chocolate ¿piensas sólo en una onza? Así que ya sabes, mira la información con cuidado, te evitarás sorpresas, y muchos disgustos.

 

 

“Como profesional Parasanitario que aplican técnicas naturales y asesora en dietas, todas las recomendaciones que realizo nos sustituyen ni excluyen la atención o el tratamiento médico o farmacológico convencional  prescritos por profesionales sanitarios”